La actividad —organizada por la CEPAL y el Consejo Federal de Inversiones (CFI)— se dio en un momento clave para las provincias, en plena construcción de la Hoja de Ruta Federal para el Desarrollo Productivo. La discusión giró en torno a cómo reducir asimetrías, modernizar cadenas de valor, abrir nuevas fuentes de inversión y fortalecer la capacidad de planificación territorial.
En este marco, también se subrayó que la región —en los últimos diez años— ha crecido a menos de un dígito anual, un ritmo que limita el desarrollo y evidencia la necesidad de construir políticas conjuntas que permitan acelerar procesos que, muchas veces, dependen de decisiones nacionales o de organismos multilaterales. Fue justamente uno de los mensajes que llevó Río Negro: para crecer más rápido, se requiere una estrategia federal y acuerdos de largo plazo.
En ese contexto, la Provincia expuso su visión estratégica y las oportunidades que hoy muestran sectores como la fruticultura, la ganadería, la agricultura, la vitivinicultura, la foresto–industria, la pesca, la economía del conocimiento y el agregado de valor en origen. También se detallaron los avances en ampliación de áreas bajo riego, infraestructura productiva y nuevas etapas de diversificación económica.
Uno de los datos más relevantes surgió de la exposición de la CEPAL sobre el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI). Según el análisis, Río Negro encabeza el ranking nacional en monto proyectado de inversión y empleo directo asociado a los proyectos aprobados, lo que confirma el dinamismo y la madurez de su cartera productiva. El gráfico presentado ubicó a Río Negro en el primer lugar del país, por encima de jurisdicciones tradicionalmente posicionadas en minería o energía, lo que refleja la capacidad rionegrina para generar iniciativas de gran escala.

Banacloy destacó que estos indicadores no son casuales, sino el resultado de una agenda provincial sostenida, aunque aclaró que para escalar el crecimiento se necesita una arquitectura federal sólida.
“El mundo demanda alimentos, energía y conocimiento. Río Negro tiene una enorme potencialidad para ofrecer respuestas en esas tres dimensiones. Nuestro objetivo es claro: mostrarle al mundo que la provincia cuenta con proyectos maduros, sectores competitivos y una agenda de desarrollo capaz de traccionar inversiones de largo plazo. Pero también sabemos que para crecer más rápido hacen falta decisiones que exceden a las provincias, por eso estamos acá: para trabajar juntos y destrabar condiciones que permitan acelerar ese desarrollo”, afirmó el funcionario provincial.
La jornada también permitió intercambiar experiencias con organismos como el BID, CAF, BNDES y FAO, que presentaron herramientas financieras orientadas a infraestructura hidráulica, logística, conectividad, riego, energía y transformación industrial. A su vez, la interacción con gobiernos regionales de Brasil, México, Colombia, Ecuador y Chile permitió contrastar modelos y explorar alianzas subnacionales.
Para Río Negro, estos espacios resultan estratégicos en la consolidación de una etapa de crecimiento basada en planificación, infraestructura y diversificación. Banacloy lo sintetizó durante uno de los debates: “Río Negro está en una etapa de expansión y transformación. La articulación con organismos internacionales y con otras provincias nos permite acelerar proyectos que tienen impacto directo en el desarrollo territorial”.