La actividad, llevada adelante por el Ministerio de Turismo, Cultura y Deporte, el Instituto Nacional del Teatro y la Municipalidad de Viedma, busca acercar el teatro a la comunidad para afianzar y visibilizar la actividad en la zona.
El telón se abrirá mañana viernes 8 con la obra “La culpa es de Ana Laura”, de La Pampa, en el Centro Municipal de Cultura a las 20, mientras que a las 22 saldrá a escena “Mujer de la ventana con perfume de ayer”, de Cipolletti, en el Teatro El Tubo.
El sábado 9 habrá otras dos presentaciones con “Las puertas del laberinto”, espectáculo pampeano que estará a las 20 en el Centro Cultural, y a las 22 lo hará “Irma, cierro los ojos y veo” de Villa La Angostura en el teatro El Tubo.
El domingo 10 las actividades teatrales estarán acompañadas de la presentación del libro “Las puertas del laberinto. Apuntes sobre los recursos compositivos en la creación escénica” de Mariana Sirote a las 19 en el teatro El Tubo, donde a las 20 se presentará el espectáculo “La gran noche” de la localidad de General Roca.
El cierre de este segundo encuentro del Festival Estepario será de la mano de “Recordis, volver a pasar por el corazón” también de la localidad del Alto Valle que se presentará a las 22 en el Centro Municipal de Cultura.
El valor de las entradas será de $100 y están disponibles hasta el viernes 8 una hora antes de las obras en el Centro Cultural.
Sinopsis de las obras:
“La culpa es de Ana Laura”
Dos historias reales, paralelas, atascadas en la redundancia cíclica de la imbécil tómbola sociocultural. Cegueras impuestas, autoimpuestas, tiempo y el azar, consuelo de bobo.
La culpa es de Ana Laura, una caricia a la fibra más íntima de tus sentidos...deberías saber por qué...
“Mujer de la ventana con perfume de ayer”
Nos cuenta la historia de una mujer argentina que llegó a España con la idea de cumplir un sueño. Ella cose de noche y sub alquila los rincones de su piso a los inmigrantes a cambio de botones, botones que luego ella usa en sus costuras. En ese departamento ella sueña, recuerda, evoca su niñez junto a su abuela.
Entre costuras, los recuerdos se mezclan en un espectáculo donde no faltan las sonrisas contenidas, los silencios cómplices, sin que se pierda ese ojo crítico a una realidad que golpea más allá de su ventana. Es un espectáculo intimista, fruto de una creación colectiva donde la historia “se deshilvana a retazos”.
“Las puertas del laberinto”
La obra propone la creación coreográfica como tema. Trata de responder a la pregunta del creador ¿cuál es el comienzo?. Surge primero como una reflexión básicamente teórica sobre la composición y va tomando forma de puesta en la medida en que las respuestas son kinéticas, escénicas y metafóricas. La composición no está al servicio de otro tema, no hay una idea que la antecede, no está escondida detrás de una narrativa, sino que aquí está al desnudo preguntándose por donde entrar primero.
“Irma, cierro los ojos y veo”
La siesta es de fuego bajo el sol de la media tarde. Un pequeño paraje chaqueño. La laguna. Y una amiga al otro lado a quien visitar todos los días. Inmersa en esta cotidianidad, Irma saca fotos de lo que ve.
Irma, una mujer de un pequeño paraje del Chaco, que vive en el campo y tiene la particularidad de que le gusta sacar fotos. La invitan a exponer lejos de su casa y a través de sus fotos y sus relatos vamos conociendo las particularidades del lugar donde vive, y qué es lo importante ahí. La obra está atravesada por la espera de su marido para el inicio de la muestra fotográfica. Y el recorrido que ella hace en esa espera por momentos se entrevé con una espera un poco más existencial que la planteada
“La gran noche”
En un gimnasio moderno entrenan y pasan gran parte de su vida dos boxeadoras. Allí se despliegan episodios que traen al espectador el mundo de cada una de ellas, en sueños, anécdotas, comentarios, y van tejiendo la trama de “la gran noche”.
La pieza tiene como inspiración inicial el mundo del boxeo femenino y desde allí se desprende sutilmente el universo poético desde estas boxeadoras, que comparten un mismo espacio de entrenamiento, peor que despliegan historias de vidas distintas signadas por los trazos del amor, los desencuentros y la pasión
“Recordis, volver a pasar por el corazón”
Dicen que anda suelta una peste, que deja a la gente gris como el papel de diario. Esta peste hace que el olvido infecte a las personas de la ciudad, pero la murga ha encontrado un remedio casero que combate el olvido y revive la memoria.
Una nieta apestada, su abuela preocupada, linyeras, vecinos, médicos, doctores, policías y la murga.
Una propuesta que entrelaza con humor, ironía, reflexión y crítica la actualidad argentina de la Patagonia.
La murga vive para cantar y nunca olvidar.