El principal aspecto a tener en cuenta es el tiempo de uso del aire acondicionado. Muchas personas creen que prenderlo y apagarlo en distintos momentos del día les ahorra consumo y gasto, sin embargo, es todo lo contrario. Se recomienda dejar el electrodoméstico encendido todas las horas que sea necesario combatir el calor.
De esta forma se logra mantener una temperatura estable y que el aparato trabaje al 50% o menos de su potencia. Si se apaga, el calor del recinto sube y al encenderlo, necesita nuevamente funcionar a su máxima pontencia para llegar al valor programado, lo que tendrá un fuerte impacto en la factura mensual.
El valor que se le asigne al enceder el aparato también es fundamental si se pretende ahorrar, ya que por cada grado que desciende la temperatura se incrementa aproximadamente un 8% el consumo energético. Se recomienda enfriar el sector deseado de manera progresiva.
Estudiar el mercado y buscar un aire acondicionado con alto nivel de eficiencia energética es otro punto clave. La clasificación energética se expresa en letras que van desde la A a la G.
A mayor calificación energética, menor consumo. Un sistema de enfriamiento eficiente utiliza hasta un 60% menos de energía eléctrica que uno de alto consumo que tenga las mismas características.
Otros consejos para un correcto funcionamiento y mayor eficiencia son instalar el electrodoméstico en un lugar con buena circulación de aire, como por ejemplo encima de una ventana, y que el equipo externo no quede expuesto al sol directo.
Además, se recomienda limpiar el aparato al menos cada dos años. Limpiar los filtros cuidará nuestra salud, mejorará el rendimiento del equipo y prologará su vida útil.